Natación bebés
A partir de los 4 meses, de manera absolutamente individualizada y dependiendo de los objetivos que los padres se planteen y del desarrollo psicomotor del bebé (sociabilidad, independencia, creatividad, resistencia, coordinación….) el método J10 se adapta a cada caso con un variado grupo de ejercicios, que resulta de la conjunción de dos enfoques, uno utilitario y otro lúdico.
OBJETIVOS:
Nuestro objetivo es adaptar el bebé al medio acuático progresivamente. Por nuestra experiencia, podemos destacar que el programa de actividades acuáticas para bebés consigue además cuatro objetivos principales que resultan básicos para su correcto desarrollo:
1- Incremento de los niveles de estimulación, gracias a un trabajo diferente al que le es habitual
2- Incremento de los lazos afectivos y emocionales entre padres e hijos.
3- Aumento notable del desarrollo psicomotor del niño.
4- Aumento de su seguridad, derivada del conocimiento del medio acuático.
EDAD:
Desde el nacimiento, bañamos a nuestro bebé en casa. Este agradable hecho nos proporciona la posibilidad de ir poniendo en práctica algunos ejercicios (salpicar, poner “de espalditas”, echar gotitas por la cara) que facilitan la adaptación del bebé al medio acuático. Por la evolución en su desarrollo psicomotor, y por su sociabilidad, los 4 meses son una edad magnífica para tener una primera experiencia en la piscina.
Después, cuando tu bebé cumpla los tres años y ya sea un auténtico “renacuajo”, tienes la posibilidad de continuar la actividad dentro de la Escuela de Natación de J-10, ahora ya sin los padres, donde de una forma muy natural y divertida obtendrá un completo dominio del medio y se iniciará en las distintas técnicas de la natación.
EL MÉTODO J-10:
De manera absolutamente individualizada y dependiendo de los objetivos que los padres se planteen y del desarrollo psicomotor del niñ@ (sociabilidad, independencia, creatividad, resistencia, coordinación….) el método J10 se adapta a cada caso con un variado grupo de ejercicios, que resulta de la conjunción de dos enfoques, uno utilitario y otro lúdico. El objetivo es adaptar el bebé al agua progresivamente.
Buscamos la autonomía en el medio, pero igual buscamos divertirnos en cada clase, y en consecuencia no hay apenas protesta o llanto.
PARTICIPACIÓN DE LOS PADRES:
Los padres plantean al monitor los objetivos que pretenden conseguir con el bebé, y con su asesoramiento decidirán la duración del cursillo, la frecuencia de las clases y el método que más se adapte a sus necesidades.
El padre, la madre u otra persona cercana al bebé, participarán activamente en las clases, y deben introducirse con él en el agua. Es fundamental que os sintáis tranquilos y relajados ya que cualquier tensión podeís trasmitirla al bebé (por la mirada, las manos, el cuerpo, la voz) de modo que vuestro estado de ánimo va a influir decisivamente en su proceso de adptación y aprendizaje.
HORARIOS:
La duración de la clase es de 40 minutos en piscina y de 5 a 10 minutos de relajación fuera del vaso. La duración mínima del primer cursillo ha de ser entre 20 y 24 sesiones y el contenido de las clases durante la fase de adaptación se organiza por medio de una estructura clara y sencilla, que se repite día a día, con el fin de que el bebé en pocas sesiones sepa con qué se va a encontrar
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